“Si Facebook fuera un país, su población ocuparía la tercera posición por detrás de China e India” – Pingdom.com
2015.- Hoy en día Internet ha facilitado procesos cotidianos en el hogar, el trabajo y la escuela; cada vez es más común saber de alguna persona que estudia una carrera “desde su casa” mediante sistemas de eLearning, que no asiste a una oficina porque realiza sus actividades laborales en línea o que hace consultas acerca de eventos, descarga música o películas de un portal, o ve televisión por internet.

Con la aparición de las redes sociales o comunidades virtuales, el manejo de las relaciones interpersonales también recibió la influencia de este recurso tecnológico; de hecho, un estudio de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) señaló que hay un 61% de los usuarios mexicanos de Internet que utiliza con asiduidad los recursos de algún portal de redes sociales, mientras que en países como Estados Unidos esta cifra se reduce al 42%.
¿Qué es lo que vuelve las redes sociales tan atractivas para mexicanas y mexicanos?, ¿qué beneficio obtienen de este recurso en Internet? De entre las redes sociales más populares, como Twitter, Snapchat o Istagram, las estadísticas remarcan que es Facebook la más exitosa por el número de usuarios empleando su plataforma.
Internet es un medio virtual donde el tráfico e intercambio de significados es influido y afectan también el carácter y el comportamiento de las personas, creando modelos de convivencia implícitos que se conjugan en la materialización de una realidad estructurada. Así lo afirma Sherry Turkle (2000), quien reconoce la naturaleza de estos intercambios y señala que “las experiencias en Internet nos ayudan a desarrollar modelos de bienestar psicológico que promueven la multiplicidad y la flexibilidad en un significativo sentido posmoderno”.
Lo virtual es un mundo de infinitas posibilidades, de lugares y de experiencias, lo que vuelve difícil establecer o distinguir la línea que separa la realidad de la fantasía. Para Baudrillard (2002), las redes sociales dentro de Internet han creado el espacio perfecto para objetivar el pensamiento y las necesidades individuales en un cosmos (ciberespacio) que no acepta discriminación ninguna, permitiendo la expresión liberada de orientaciones sexuales o dialécticas ideológicas; en el ciberespacio se las deja fluir sin la imposición de límites. Bajo este tejido de canales abiertos para la comunicación, hay millones de personalidades que se confrontan, se buscan, agrupan y desean; adoptan identidades virtuales que en los parámetros de lo real nunca podrían llegar a personificar o experimentar.
Las identidades virtuales son una forma segura y fácil de establecer contactos, a la vez que abre infinitas oportunidades de encontrar alguna relación interesante (Núñez, 2001); es un sistema de relaciones interpersonales práctico, instantáneo, cómodo, barato y que mantiene ocultos los aspectos de nuestra identidad que preferimos no mostrar. Como afirma Núñez, la interacción electrónica permite desarrollar circunstancias sociales en las que podemos participar sin peligro de sufrir consecuencias adversas y controlando, además, el grado de implicación que invertimos en esa interacción.
Del mismo modo, posibilita experimentar a partir de la alteridad, conectar con la heterogeneidad de procedencias étnicas, de clase o de géneros o geografías desde esta posición aséptica: sin los peligros y compromisos que estas relaciones evocan cuando se dan frente a frente.
La libertad para elegir una personalidad virtual es la misma que la que me permite elegir un determinado espacio social virtual, en el que los agentes que comparten propiedades y se identifican entre sí, determinan la distancia de su relación.
El lugar donde convergen esas propiedades marca definitivamente la retroalimentación informativa que pudiera existir; dicho lugar es un portal de Internet, en el que se comparte un habitus (nuestros esquemas de obrar, pensar y sentir según nuestra posición social), creando un sentido de pertenencia por parte de los individuos que entran a tal comunidad virtual.
La identificación y el sentido de pertenencia son generados o no, dentro de los primeros nueve segundos en que un usuario contempla un portal. Por ello la primera vista de una página de Internet genera la crucial decisión de seguir viajando o no por el campo social que se ha descubierto (Bordieu, 1990).
A pesar de estar en un espacio virtual, los individuos detrás de cada pantalla conservan el registro de las experiencias, conocimientos, valores y el perfil psicológico único mediante el cual afrontan la interacción social, lo que en conjunto, permite la creación de significaciones específicas para cada símbolo en la mente del usuario. Lo que crea la identificación, se visualiza en un portal por medio del lenguaje en equilibrio, que se transforma en un mensaje a interpretar de acuerdo con el capital cultural de cada usuario (Bordieu, 1990).
Como en el espacio real, en lo virtual las personas reciben y expresan sensaciones mediante colores, formas, agrupaciones de estímulos y texto; que producen atracciones controladas por los creadores del portal de determinada red social (Cámara, 2009).
A este punto es oportuno retomar de Giménez (2000) una distinción entre los cuatro tipos de amalgama social que puede configurarse por el encuentro de varias personas: retoma de Merton (1936), que un grupo es un conjunto de miembros en interacción según reglas establecidas, como una aldea, un vecindario, una comunidad barrial, una asociación deportiva y cualquier otra sociedad definida por la frecuencia de interacciones en espacios próximos; una colectividad en cambio, es un conjunto de individuos que aún en la ausencia de toda interacción y contacto próximo, experimentan un sentimiento de solidaridad porque comparten determinados valores y porque un sentimiento de obligación moral los impulsa a responder de acuerdo a las expectativas ligadas a ciertos roles sociales.
De ahí que a una nación o la comunidad de una iglesia pueda considerárseles como colectividades. Las redes sociales suelen concebirse como relaciones de interacción entre individuos, de composición y sentido variables, que no existen a priori ni requieren de la contigüidad espacial como los grupos propiamente dichos, sino son creados y actualizados cada vez por los individuos; y finalmente las categorías sociales han sido definidas por Merton (1936) como agregados de posiciones y de estatutos sociales cuyos integrantes no se encuentran en interacción social; todos ellos corresponden a las mismas características que son significativas a la categoría en cuestión, pero no comparten necesariamente un cuerpo común de normas y valores.
2015.- Hablando de redes sociales, particularmente de Facebook, una red social es un conjunto de personas (u organizaciones) conectadas por una serie de relaciones derivadas de la amistad, el trabajo o simplemente un intercambio de información de interés compartido.
Por su parte, Galindo (1998) agrega que las redes sociales de carácter virtual son una reconceptualización de las ya existentes, que reproducen los mismos códigos culturales dentro de la interacción y la construcción de los mensajes; pueden ser definidas también en términos de comunidades de sentido (Fernback, 1999), es decir, son comunidades que se articulan mediante un sistema cognitivo y afectivo complejo que deriva de una serie de experiencias y significados compartidos: sistemas de valores, reglas y un sentido de identidad, compromiso, asociación y pertenencia de la misma índole que las que pueden encontrarse en las comunidades físicas, pero nacen rebasando fronteras geográficas, porque no requieren de una confluencia espacial.
En Internet 2.0, a través de las redes sociales las personas participan en la evolución de la sociedad de la información que puede considerarse como una fase en la consolidación de la llamada aldea global mcluhaniana. Este hecho transciende las fronteras de lo personal y lo local: los sitios de redes sociales han demostrado su efectividad como medios de organización ciudadana más allá de los límites geográficos.

Los sentidos y usos que es posible dar a las redes sociales son diversos, permiten por ejemplo, la expresión de emociones y afectos, el performance de identidades múltiples y versátiles, el establecimiento o re-establecimiento de contactos, la construcción de una imagen pública, el entretenimiento o incluso la organización y activismo civil.
Según Grohol (1999), el espacio virtual se ha convertido en la nueva frontera para las relaciones sociales; las personas están haciendo amigos, colegas, amantes, y enemigos en Internet. Paralelamente, los medios de comunicación argumentan que las relaciones en Internet no son reales, se las conceptualiza meramente como una excentricidad cultural que se terminará cuando Internet deje de ser una novedad; se dice que no pueden compararse a las relaciones reales, y si alguna persona prefiere comunicarse con otros vía alambres y circuitos, debe haber algo mal con ellos, puede tratarse de adictos, o quizá teman enfrentar el desafío de la intimidad en las relaciones “reales”.
Facebook es un sitio web gratuito de redes sociales que fue creado en febrero del 2004 por Mark Zuckerberg.
Originalmente se trataba de un espacio exclusivo para estudiantes de la Universidad Harvard, pero su éxito inmediato le llevó a expandir sus fronteras a todo Estados Unidos y de ahí a un nivel global, dado que cualquier persona que tenga una cuenta de correo electrónico puede hacerse usuario de este sitio para participar en una o más redes sociales, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo, región geográfica, etcétera; puede insertarse en una red existente o puede desarrollar otras en torno a su casa de estudios, su empleo o su red familiar por citar algunos ejemplos más (Wikipedia, 2010).
Siendo un espacio dentro de Internet, uno de los principales atractivos de Facebook es que pone en manos del usuario una muy variada colección de herramientas de interacción que inician con la creación de un perfil, que es la descripción que el usuario hace de sí mismo, incluyendo, tanto datos biográficos como sus gustos y aficiones. Accediendo al perfil de un usuario es posible conocer desde su edad y ciudad de residencia, hasta el nombre de sus hermanos, pareja y demás familiares; en la mayoría de los casos, cada perfil incluye una galería fotográfica del usuario.
Según Facebook, hay 5 mil millones de fotos colocadas en sus bases de datos por los usuarios; estas imágenes hacen alusión a fiestas o eventos a los que han asistido, viajes de vacaciones o actividades cotidianas. En cada foto es posible marcar qué amigos aparecen, y esta información puede ser vista por todos los amigos con los que el usuario está conectado.
Todo usuario de adquiere además de su perfil, un buzón de correo donde puede enviar y recibir correos electrónicos de otros miembros de Facebook, incluso aquellos que no son sus amigos, de manera libre y confidencial.
Explorando Facebook, encontramos hoy que los servicios que ofrece a sus usuarios son muy variados, cada uno dando acceso a un formato distinto de comunicación:
En las lista de amigos, el usuario puede agregar a cualquier persona que conozca y esté registrada en Facebook, siempre que él o ella acepte su invitación. En Facebook se pueden localizar amigos con quienes se perdió el contacto o agregar otros nuevos con quienes intercambiar fotos o mensajes. Para ello, el servidor de Facebook posee herramientas de búsqueda y de sugerencia de amigos.
Los grupos y páginas son un recurso que busca reunir personas con intereses comunes. En estos espacios dentro de Facebook, que operan como comunidades, los usuarios pueden añadir fotos, vídeos y mensajes, acceder a foros de discusión y compartir opiniones. Cada grupo tiene su propia normativa, asignada de común acuerdo entre sus miembros, y a su vez, Facebook prohíbe grupos con temáticas discriminatorias o que inciten al odio y falten al respeto y la honra de las personas.
El muro es un espacio en el perfil de cada usuario donde sus los amigos le escriben mensajes que pueden ser leídos por el usuario y los amigos con quienes esté conectado dentro de Facebook. El muro permite ingresar también imágenes y poner cualquier tipo de logotipos en tu publicación, videos, enlaces a sitios externos, etcétera. Simultáneamente, la mayoría de las actividades que el usuario realiza en Facebook son mencionadas en este espacio de su perfil.
Las aplicaciones, frecuentemente son juegos con las que un usuario puede leer su horóscopo, los amigos que más visitan su perfil, descubrir cosas de tu personalidad, etcétera. Algunos juegos son más elaborados y agrupan comunidades de usuarios compartiendo actividades, tareas y objetivos dentro del tema de un juego determinado.
Según la cadena de noticias CNN, para agosto del 2010, México contaba con 16 millones de usuarios de Facebook entre los más de 500 millones que registra esta red social, según un estudio recogido por la agencia de noticias Europa Press. Este estudio, elaborado por Pingdom (empresa dedicada a monitorear sitios web), afirma que Estados Unidos ocupa la primera posición con un total de 130 millones de usuarios, seguido por el Reino Unido (28 millones), Indonesia (26 millones) e Italia (26 millones); Francia (21 millones), India (21 millones), Alemania (18 millones), México en octavo lugar (16 millones), Turquía (16 millones) y Canadá (16 millones).
Según un estudio de businessinsider.com, 250 millones de usuarios de Facebook revisan sus perfiles diariamente, invirtiendo cada vez un promedio de 55 minutos; cerca de 5 billones de elementos de información son compartidos por sus usuarios cada día y hay 3 billones de fotografías que son subidas por ellos cada mes.
Esta significativa afluencia nos habla de la relevancia que las redes sociales en Internet están conquistando en la vida cotidiana, para opinión de algunos sustituyendo las interacciones interpersonales, para opinión de otros complementándola.
Investigación
2015.- Con el fin de conocer la manera en la que impactan las redes sociales en la vida de las personas, se llevó a cabo un análisis de carácter cualitativo, mediante la recolección y análisis de datos obtenidos a través de 10 entrevistas a profundidad (Taylor y Bogdan, 2004) y una guía de entrevista centrada tanto en Facebook, como en su impacto en las relaciones interpersonales. Entre las personas entrevistadas, 4 de ellas fueron hombres y 6 mujeres, contamos con la colaboración de 4 de ellas son madres de familia.
¿Qué implicaciones tiene Facebook en tu vida?
Esta red social se ha convertido en un medio de comunicación que mantiene a los entrevistados en contacto con su familia y amigos; a varios parece sorprenderles que, personas a quienes dejaron de ver décadas atrás, súbitamente aparecen porque la base de datos de Facebook les sugiere a esa persona como un posible conocido. Entonces la relación reinicia. Muchos de los entrevistados comentan que en un principio eran usuarios y usuarias de otras redes sociales, mencionan principalmente Hi5 y MySpace, pero con la demanda que hace Facebook, debieron de cerrar sus cuentas en los otros sitios y abocarse a esta última red social.
Facebook es demandante porque la gente con la que estas conectada o conectado espera saber de ti: están al pendiente de cómo te va y llegan, incluso, a preocuparse si pasan días sin que publiques algo nuevo en tu muro. Las personas tienden a tener cientos de contactos (o amigos) cuando se vuelven usuarias del sitio, y cada uno de ellos puede mandarte un mensaje o invitarte a un nuevo juego; siempre hay alguien a quien responderle. Entre la lista de contactos no todos tienen la misma importancia, hay amigos con los que se perdió el contacto años atrás y ahora, al reiniciar la relación, no es muy urgente el mandarles o leer sus mensajes; en cambio, hay miembros de la familia o amigos muy cercanos que si esperan una contestación inmediata.

Para la mitad de los entrevistados es mucho más agradable mandar un mensaje por Facebook que por correo electrónico, probablemente, agregan, porque en Facebook puedes ver la cara de tu interlocutor, y les sienten más cerca. U., una chica de 25 años agrega además “el correo es más formal, mas oficial y Facebook es más como de “tú y yo”.
Y efectivamente, la posibilidad de crear un perfil que retrata la descripción que una persona hace de sí, genera la percepción de que la persona está ahí, da la sensación de cercanía y te vuelve consciente de cómo va su vida, como si convivieras con ella a diario.
“Tener el Facebook abierto es como si pasaras más tiempo con esas personas que te importan; yo trabajo de 9 de la mañana a 8 de la noche y mi oficina esta del otro lado de la ciudad, voy al gimnasio en la noche y cuando llego a mi casa estoy rendido. Me encantaría tener tiempo para ver a mis amigos, pero siempre estoy ocupado, y cuando podría verlos estoy tan cansado que lo único que busco es quedarme en mi casa para descansar”
Sus opiniones convergen en que Facebook se ha convertido en una normalidad, cuando antes daba incluso pena decir que tenías una cuenta en una red social; hoy incluso parece una necesidad, frente a la falta de tiempo, las distancias insostenibles y la fatiga que causa vivir en la Ciudad de México. Cuando Y. dejó su ciudad natal para realizar sus estudios de posgrado, la posibilidad de continuar en contacto con su familia mediante sus perfiles le hizo la transición mucho más llevadera; platica que cada día revisaba su muro para ver que nuevas cosas le habían puesto sus hermanos o sus amigos.
Desde entonces ella le pregunta a las personas que conoce si tienen Facebook y trabaja duro en convencer a todos sus hermanos por que abran una cuenta, hagan su perfil e incluso, suban su foto; también 2 más de quienes participaron en estas entrevistas lo hacen. En opinión de uno de ellos, hoy Facebook es como en otro momento era el celular, “veías que todo el mundo traía uno, pero tu te resistes a ser del montón, piensas que nada más es una moda; sin embargo en algún momento empiezas a quedar fuera de las conversaciones y el no tener tu propio celular (o cuenta en Facebook) ya se vuelve un estorbo para comunicarte con tus amigos y la gente de tu generación”.
De hecho, entre los diez entrevistados, 3 de ellos reciben constantemente notificaciones de Facebook en sus teléfonos celulares y pueden leer y mandar mensajes a sus amigos por esta vía, de modo que se mantienen al tanto de la red social de forma constante.
Facebook cumple dos funciones en la cotidianidad de sus usuarios, una es la comunicación y otra el ocio. En el aspecto comunicativo proporciona una serie de recursos que permiten matizar el mensaje que se emite, más allá de su aspecto textual; D. un hombre de 35 años, comenta que no le es lo mismo un mensaje breve colocado en su muro que uno más extenso en su buzón de correo, un regalito o que le peguen un video: “hay niveles, si alguien se toma la molestia de redactarme un mensaje para mi buzón de correo, lo valoro porque es más intimo; en cambio, si me pega en mi muro una nota breve, asumo que no tenía mucho tiempo para dedicármelo, y entonces lo tomo como una forma de decir sigo aquí”
Aparentemente el tiempo en que un mensaje es contestado y la elección que se hace del formato para el mensaje emitido son parte de un lenguaje analógico que forma parte sustancial de la comunicación.
En el aspecto relevante al ocio, Facebook tiene una cuantiosa lista de juegos que van desde cuestionarios para “conocer más de ti mismo”, hasta juegos más complejos donde debes de construir una ciudad, encarnar un personaje, mantener una granja virtual o cuidar de una mascota. La mayor parte de estos últimos juegos obedecen a una dinámica similar a la economía de fichas, es decir, el jugador gana puntos que le permiten posteriormente comprar beneficios dentro del juego; de esta manera los juegos mantienen el interés de los usuarios.
Además, la mayor parte de los juegos dentro de Facebook son al mismo tiempo comunidades dentro de las que un usuario puede comunicarse con sus amigos que estén también dados de alta en ese mismo juego:
“Así me pasaba con Pet Society, cuando teníamos grandes problemas en la escuela y todo el grupo se dejaba de hablar, nos enterábamos dentro del juego que es lo que le había hecho enojar al otro porque te dejaba el mensaje con su mascota, y podías explicarte y llegar a acuerdos dentro del contexto de Pet Society que en la escuela habrían sido imposibles de plantear; yo sabía cuando el problema había pasado cuando veía que ya había alimentado a mi mascota o le había cepillado el pelo”.
¿Facebook es como la vida real?
A opinión de Y., Facebook no es algo ajeno a la “vida real”; al contrario, forma parte de ella. A los entrevistados les parece que en un principio, efectivamente había una separación más perceptible, agregan que daba vergüenza reconocer que consultaban sus muros y que tenían “amigos por internet”, y muchas veces lo que se comentaba en Facebook, ahí se quedaba, pero hoy ya no es así. Las conversaciones que inicias en el Chat o en tu Muro la sigues en un café, lo que comentaste brevemente en un pasillo, lo desarrollas per extenso en un mensaje al buzón de un amigo o le pegas un video acerca de eso en su muro.
Para los entrevistados, Facebook es solamente un escenario más “en el que puedes estar cerca de tu gente”.
“Usualmente me conformo con la comunicación en Facebook porque es bastante completa y se que mis amigos la van a recibir este mismo día, a veces de inmediato; mis amigos también piensan así, pero a veces me sorprendo cuando publico en mi perfil que ando triste o deprimido y de inmediato no sólo empiezo a recibir un montón de mensajes dándome ánimo, sino que mis amigos más cercanos me buscan por teléfono o me van a ver para saber porqué estoy así”, agrega C, quien tiene 26 años.
La mayor parte de los participantes en esta investigación coincidieron en que Facebook no solo permite comunicar ideas o palabras, sino también emociones: “a veces es suficiente con que te manden una flor o te pequen un video padre en tu muro, eso me hace pensar que se acordaron de mi y que quieren que lo sepa; es como una caricia que me gusta recibir, y también dar”, dice N, una mujer de 45 años.
Efectivamente, los entrevistados coincidieron en que Facebook permite decir cosas que no se atreverían a hablar en persona “a veces porque te da pena, otras porque no te da tiempo para extenderte todo lo que quisieras, pero lo que tengo muy claro es que si lo escribo, puedo darme mucho mejor a entender que si lo hablo”.
“De alguna manera es un poco más complicado comunicarte con los tuyos por Facebook, porque de frente les dices cosas y si entendieron algo diferente de lo que querías decirles, en ese mismo momento corriges; acá no puedes hacer eso tan rápidamente.
Al mandar un mensaje a otra persona tienes que considerar por qué vía comunicacional lo vas a hacer, si por chat (de manera sincrónica) o un mail a su buzón de correo en Facebook (de manera asincrónica) o le pegarás lo que quieres decirle a través de su muro (comunicación informal y público).
El conducto que elijas tiene significado por sí mismo. Además, lo que escribas puede no quedarle del todo claro y te pregunte la otra persona acerca de qué fue lo que tratabas de expresar y porqué de esa manera o en ese momento. Es como una complejización de la comunicación que, sin embargo, es tan cotidiano en Facebook que no pesa, porque aparece como uno de los códigos inherentes de esa red social”.
¿Qué imagen tienes tú en Facebook?
Cada uno de los entrevistados afirmó ser en Facebook tal cual era en la vida diaria, “no tienes chance de mentir, entre tus contactos están amigos, compañeros del trabajo y familia; si empezaras a decir que haces o eres cosas que no tienen que ver contigo se van a sacar de onda”. Todos coincidieron en que el perfil que emplean para esta red social no esta construido por ellos solos, sino por sus amigos o familia que les deja comentarios visibles a todo el que visite el perfil, colocan fotografías de fiestas, conciertos o eventos a los que han asistido; “si se tratara de mentir quien eres, tendrías que pedirles a todos ellos que también mintieran por tú”.
“En realidad yo tengo dos perfiles en Facebook; una es la cuenta oficial, la que me conocen en el trabajo y ahí publico lo que tiene que ver con la clínica, lo que me sucede con mis pacientes y a veces algo de mi familia; en la otra tengo a todos mis amigos y ahí echo relajo, pongo fotos mías borracho o hago comentarios más atrevidos y que tienen que ver con mi vida personal.
Esto lo hice porque el año pasado se armó un chisme gracias a algo que puse en mi muro; alguien del trabajo lo leyó y se corrió la voz causándome un problemón. Desde entonces decidí separar mi vida del trabajo y por eso cree dos cuentas para mí en Facebook; estoy más a gusto así”.
Esta estrategia para mantener una separación entre unos u otros círculos sociales la compartía otro entrevistado: D., de 32 años, que es aficionado a algunos juegos dentro de Facebook y generó una “cuenta falsa” para tener más ventaja dentro de ellos.
¿Quiénes son tus amigos en Facebook?
La mayor parte de los amigos incluíos en la lista de contactos de las personas entrevistadas, son efectivamente amistades hechas en el trabajo o en la escuela, también tienen un buen porcentaje que son hermanos, primos y etcétera. Las 4 mamás entrevistadas tienen entre sus amigos a sus hijos:
“Mi hijo viaja mucho porque es actor, y mi hija vive en Inglaterra, mantener un contacto telefónico con ellos tan constantemente como me gustaría sería muy difícil y además caro, por eso hice mi perfil en Facebook, sabiendo que ellos tenían el suyo, de esa manera puedo mantenerme en contacto con ellos todo el tiempo y saber cómo van; les dejo mensajes y comentarios, les platico como me está yendo y me hago presente en sus vidas”
Facebook abre la posibilidad de buscar antiguas amistades y enviarles una solicitud para poderlas agregar a nuestra lista de amigos, “también a veces alguien que no te conoce te manda la solicitud porque le gusta tu foto o porque leyó algo en tu perfil que le pareció interesante”; al respecto de estas solicitudes, las opiniones son muy variadas, 2 participantes mujeres habitúan borrar las solicitudes de gente que no conocen; 2 hombres comentaron que suelen aceptar las solicitudes, aunque uno de ellos borra esos nuevos amigos de su lista si en el transcurso de cierto tiempo no comentan nada ni establecen comunicación alguna: “hay mucha gente que nada mas esta viendo lo que tu haces, pero no conoces que motivos tienen, por eso, por si las dudas, yo los borro si no hacen ni dicen nada y se dedican nada mas a agregar y agregar contactos”.
Para la mayoría de los entrevistados es más probable que acepten la solicitud de un desconocido si entre las amistades de éste hay amigos en común.
B. y G., dos mujeres de entre 31 y 35 años y sin relación entre ellas, le han abierto una cuenta de Facebook a sus hijos de 6 y 8 años; ambas coinciden en que durante su vida, los niños van a convivir muy estrechamente con las computadoras, y entrando junto con ellos a las redes sociales, y enseñándoles a manejar Internet y desarrollar un criterio para saber qué hacer y qué no, qué páginas ver y cuáles no, les enseñan a usar de Internet y no abusar o extraviarse en su vastedad de contenidos.
Además, mediante los juegos incluidos en las aplicaciones de Facebook, pueden interactuar con sus hijos en otras formas que también son enriquecedoras. Ambas tienen una granjita virtual y con sus niños siembran en ella, alimentan a los animales y les construyen casas, cercas y demás actividades.

“Mi familia llegó de España a México hace tres generaciones y nos hemos dispersado por todos lados; de repente a uno de mis tíos se le ocurrió generar un grupo con nuestro apellido y desde entonces se han estado integrando primos o tíos lejanos, familiares que yo no sabía que tenía; ahora la mitad de mi lista de amigos es de pura familia que está en Colombia, Venezuela, México y España”,
D., un hombre de 32 años, comenta que conoce personas que se han hecho pareja mediante Facebook; “no se conocían, pero se agregaron como amigos en Facebook y platicaron lo suficiente para caerse bien, verse y de pronto ya eran pareja; conozco tres parejas que empezaron así y ahora ya viven juntos y parecen tener relaciones estables. No, no creo que la mayoría de personas use Facebook para ligar, mas bien creo que casi todos lo usamos para mantener un contacto más cercano con la gente que ya conocemos”.
C., por su parte, comentó que su relación con su hermana siempre ha sufrido de tropiezos porque ella “tiene un carácter muy difícil”, vive con ella y siempre discutían; sin embargo han podido entenderse más desde que se encontraron en Facebook y han podido bromear más y encontrar que tienen más intereses en común de lo que imaginaban: “primero leíamos mutuamente nuestros muros sin decírnoslos, pero de repente había comentarios que se nos ocurrían que no podíamos dejar de poner, así que empezamos a dejarnos mensajes en nuestros perfiles; luego ambos nos metimos en el juego de Restaurant City, cada uno por su lado, y empezamos a ayudarnos con nuestros restaurantes, nos picamos y teníamos que hablarnos en persona para ponernos de acuerdo cómo íbamos a hacer crecer nuestros negocios virtuales.
Así, poco a poco nos fuimos llevando cada vez mejor. Hoy no somos los mejores hermanos, pero en Facebook nos llevamos súper bien y allá en la casa ya no discutimos tanto; Restaurant City se convirtió en una especie de terreno de tregua para los dos”.
¿Hay un momento en el que Facebook haya sido más significativo para ti?
“Cuando mi hijo estuvo en su primera película, yo no podía estar con él todo el tiempo y celebrarlo como hubiera querido, pero en Facebook cree una página de fans para él (yo fui su fan no. 1) e hice que los amigos en su lista y los de la mía se unieran al grupo; yo publicaba información acerca de los avances del proyecto y de cuando se entrenaría finalmente la película. Lo que sentí es que a través de Facebook yo podía acompañarlo en su éxito y estar con él cuando mejor le estaba yendo”.
Salvo una de las participantes, el resto de los encuestados afirmó que les es muy placentero ver en sus cumpleaños el muro de sus perfiles llenarse de felicitaciones; T, por ejemplo, afirma que le gusta guardar una copia de su muro con todas las felicitaciones que recibe para que “dure más, de lo contrario va quedándose hasta debajo de toda la información que yo y mis amigos vamos poniendo en mi perfil”.
“El momento más significativo fue después de que mi hija, a sus 24 años, se fue a vivir a Mérida; no me platicaba nada de cómo le iba y cuando hablábamos por teléfono siempre me decía que le iba muy bien. Como estamos conectadas por Facebook, yo me metía a sus galerías de fotos y leía los comentarios que sus amigos le ponían para saber más de ella, pero no era como espiarla, también yo le dejaba comentarios y opinaba de sus fotos, pero tenía mucho cuidado de ser más amiga respetuosa que madre inquisidora, porque se que si rebaso los límites, con un clic ella puede sacarme de su lista de amigos y perdería la posibilidad de estar así en contacto con ella; pero una vez, viendo sus últimas fotos, me latió que algo le estaba pasando, así que compre mi boleto y volé a Mérida, le dije que era para relajarme del estrés del trabajo y visitarla. Estando allá vi que efectivamente las cosas no le iban bien y la invité a regresarse, ella aceptó y nos venimos de vuelta a la ciudad; de no haber sido por el contacto que tuvimos a través de Facebook, jamás hubiera podido apoyarla como lo hice”, dice N., madre soltera.
¿Encuentras riesgos en el uso de Facebook?
La opinión compartida por todos los entrevistados es que Facebook puede hacerte vulnerable al abrir la propia intimidad a una cantidad multitudinaria de personas, por eso, sugieren, hay que cuidar mucho de los filtros de privacidad con los que uno protege su información: “Facebook te permite, desde impedir que tu perfil sea encontrado por otras personas en el buscador de su base de datos, hasta que puedas permitir mostrar a cualquiera tu muro pero tus fotos no, o viceversa; puedes seleccionar personas específicas que no pueden ver tus datos, o personas que si. Yo tengo restringido la visibilidad de mis contactos, aunque tu estés en mi lista de amigos, no puedes ver quiénes más son amigos míos, nadie puede, porque así lo configuré”.
Otra opinión compartida es que Facebook quita mucho tiempo; “con la cantidad de actividades que puedes tener en Facebook, que van desde responder a tus amigos (yo tengo casi 500, hay quienes tienen más de mil), checar sus estados y la información que ponen, chatear, revisar los juegos en que estas metido o explorar qué nuevas aplicaciones hay, se te pueden pasar horas completas sin que te des cuenta. Por eso yo cuido de no estar más de una hora conectado y solo entrar a Facebook en la noche”
“A todo el mundo le gusta estar con sus amigos, y mientras más tiempo puedas pasar con ellos, mejor; por eso dicen que Facebook es adictivo, pero no lo es Facebook, sino la posibilidad que tienes de mantenerte en interacción con la gente que conoces: chateando, leyendo o escribiéndoles mensajes que checarán después, y etcétera. Es como si estuvieras con ellos, o como si hablas por teléfono por horas con todos ellos a la vez, por eso la gente puede estar todo el día conectado a Facebook”.
“Si, también están los que pueden llegar a preferir relacionarse por Facebook y no en persona; como sea, es un territorio con menos riesgo para cometer errores sociales, tienes tiempo para pensar lo que quieres decir, dependiendo de cómo quieres que te vea la persona que está del otro lado de la red. No dudo que personas inseguras sean muy fluidas por esta vía e incapaces de sostener una conversación frente a frente”.
“En Internet es sencillo ser quien no eres y engañar a las personas; pero especialmente en Facebook eres tan transparente al poner las fotos de tus eventos o de ti con tu familia, que es difícil mentir acerca de quién eres; tus amigos te hacen comentarios en tu muro acerca de la fiesta del viernes o te señalan en las fotos que ponen en sus perfiles. La única manera de tener un perfil falso es no incluyendo tanta información acerca de quién eres, y eso se nota, por eso yo desconfío de esos que nada más tienen una foto y nadie les comenta nada en sus muros, porque probablemente son perfiles falsos”.
Los entrevistados estaban enterados de que agencias de reclutamiento de personal exploran las redes sociales para conocer más acerca de los aspirantes a un puesto determinado, pero consideraron que mediante los filtros que regulan la privacidad de sus contenidos en el perfil, pueden evitar que el hacer uso de Facebook les sea contraproducente.
¿Qué sabes de la gente que no quiere tener nada que ver con Facebook?
Todos los entrevistados y las entrevistadas hablan de que ellos mismos en un inicio se mostraban renuentes a unirse a Facebook, lo consideraban una moda para personas que no tenían nada que hacer o que no eran capaces de mantener activa su vida social.
Con esta consideración, les es sencillo entender la postura de quienes no simpatizan con las redes sociales: “hay personas que le tienen miedo a la tecnología porque creen que si lo permiten, puede volverse algo indispensable en sus vidas; mira ahora, qué difícil es sobrevivir sin un teléfono celular, por ejemplo, sin embargo nuestra sociedad va generando estrategias para mantener el contacto entre las personas pese a las distancias y a la vida acelerada que tienes en una ciudad como esta. Pienso que tarde o temprano será tan común tener tu cuenta en una red social, como hoy lo es cargar con tu celular”.
¿Para qué te sirve Facebook?
Evidentemente todos puntualizaron que Facebook les funciona para mantenerse en contacto con sus amigos, saber de ellos y dejarse ver o conocer por aquellos con quienes no tienen contacto regular; algunos agregaron que les brinda esparcimiento o que les divierte, y otros agregaron otras ventajas más relacionadas con sus necesidades especiales:
“A mi me funciona mucho hacerme publicidad por Facebook: cuando estreno alguna obra de teatro pongo anuncios en los muros de mis amigos y conforme van opinando se va corriendo la voz, también hago páginas para detallar de que se trata la obra y porqué vale la pena ir a verla. A veces pienso que podría pagar por que pusieran mis anuncios entre la publicidad del sitio, pero la verdad es que lo que he estado haciendo es gratis y me funciona muy bien”.
“Yo me la paso creando eventos, casi cada fin de semana: cada vez que organizo una reunión, una salida al antro o una ida fuera de la ciudad, creo el evento en Facebook y le mando la invitación a quienes me interesa que vayan, ya ellos le dan clic si quieren ir y me hace la cuenta de con quienes puedo contar para la salida. Es mil veces más práctico que estarles llamando uno por uno y ver si los encuentras y puedes organizarte”.
“Para mí es muy claro que Facebook me sirve para estar cerca de mi hija; no puedo acompañarla a todos lados, ni puedo estar en todos los lugares donde ella está, pero con Facebook si lo puedo hacer hasta cierto punto, leyendo sus estatus y los comentarios que sus amigos le dejan o viendo sus fotos. He tenido que aprender que ahí solamente soy amiga de mi hija, no su madre, y como amiga le puedo decir cosas que una madre jamás podría; los límites son diferentes, aunque cuando llegue a casa y nos veamos en persona, yo vuelva a ser su madre y los comentarios que le haga de su perfil de Facebook tendrán que estar dentro de los límites de lo que una madre puede decir.”
“Tengo una amiga que le encanta rescatar animales en la calle, pero no puede estárselos quedando, por eso cada vez que le llega un animal ella lo baña, lo cura y lo anuncia en su perfil de Facebook para que alguien más lo adopte; ahora tiene su grupo dentro de Facebook que se llama gatitos en adopción, con el que les encuentra casa y tu te inscribes al grupo si quieres adoptar alguno”.

“Para mi Facebook no tiene otro uso que el de mantenerme en contacto con mis amigos, pero conozco la historia de muchos chavitos que van despertando a su sexualidad y no saben cómo conectarse con más gente gay, entonces en Facebook se encuentran con otros chavitos de su edad y arman grupos y platican y salen juntos a conocer antros. Pienso que si no lo hicieran de esa manera, muchos se quedarían aislados sin saber con quienes compartir su orientación sexual”.
Conclusiones
Aparentemente, las redes sociales en Internet 2.0 surgieron como una manera de paliar el aislamiento que enfrenta la mujer o el hombre modernos cuya cotidianidad va al ritmo vertiginoso de las grandes ciudades, sin tiempo para hacer contacto significativo con los demás ni de alimentar sus relaciones.
Facebook no sustituye el contacto interpersonal de frente a frente, sino que llega para cumplir un papel de auxiliar o complemento en las relaciones afectivas.
Personalmente, si se me permite la ligereza, afirmaría que Facebook es un administrador de relaciones, mismo que introduce economía, agilidad y viabilidad a la ecuación interpersonal: el usuario puede levantar convocatorias a eventos sociales y recibir automáticamente una notificación de enterado por parte de las cuentas de sus invitados, puede cuantificar sus relaciones significativas y vincular entre sí a sus conocidos, construyendo redes.
Las interacciones dejan una huella o registro que le permite a uno ser el propio testigo de la dinámica de sus relaciones, y facilita de manera muy intuitiva la metacomunicación. En los mensajes dejados en el muro de los usuarios, en los chats o los mensajes privados dirigidos a algún buzón de correo en Facebook, es notorio cómo las personas hacen alusión a la manera en que están comunicando, desde cuestionar porqué el mensaje se emite mediante una publicación en el muro y no como mensaje privado, o en chat y no en el muro del usuario, hasta referencias respecto a la sintaxis, intención o contexto de la comunicación.
La metacomunicación es un recurso de autorreguación que en lo cotidiano no es fácilmente asequible para las personas, pero en el medio virtual – escrito de las redes sociales en Internet, se convierte en una manera corriente de interactuar.
En el nuevo formato de comunicación a larga distancia que brindan las redes sociales como Facebook, uno puede comunicarse de forma literal o digital, como se haría por un mensaje de celular o una llamada telefónica, pero también permanece una emisión comunicacional plenamente analógica.
Mediante los perfiles, la persona proyecta los aspectos de su persona que quiere dar a conocer y continuamente los va actualizando, de manera que su interlocutor no solamente recibe mensajes en palabras, también en imágenes, contextos y relaciones.
Personalmente, fue una sorpresa para mí conocer la manera en que Facebook incide en la construcción de relaciones intrafamiliares, reestructurando los roles y límites dentro de la familia para destrabar los canales de comunicación y reorganizar las alianzas o coaliciones.
Creo que un uso consciente y planificado de estas redes sociales puede ayudar al funcionamiento de la familia, no solamente reduciendo la brecha generacional, sino verdaderamente aproximando a los integrantes del sistema al proporcionar un territorio neutral para la elaboración y disolución de los conflictos.
¿Un riesgo?, si, creo que el uso excesivo de Facebook puede ser arriesgado para la estabilidad emocional de cualquier persona; pero en este caso el peligro no estriba en las redes sociales, sino el uso que se hace de ellas.
La situación puede verse desde alguna de dos perspectivas: el individuo con fobia social, por ejemplo, recurre a Facebook para mantener relaciones seguras, aunque superficiales, y sin el riesgo de la desaprobación del otro, convirtiendo a su perfil en una herramienta de socialización “segura” desde la que la interacción se anida en una zona de confort; o el mismo individuo antisocial emplea Facebook para ensayar la interacción social como una manera de dar aproximaciones crecientes hacia una forma de socialización plena y más nutritiva.
Ambas posibilidades son factibles en el uso de este recurso.
Pienso que la influencia que Facebook esta teniendo en la vida de las personas no es un fenómeno que los psicólogos debamos pasar por alto, al contrario, sugiero continuar la investigación suficiente para conocer más de los recursos o limitaciones en el aprovechamiento de las redes sociales y emplearlos en beneficio del proceso terapéutico cuando sea una vía asequible para la familia.
Es menester reconocer que Facebook es real, concretamente, porque forma parte importante del relato de vida de quienes construyen redes dentro de esta plataforma social.
Agradezco mucho a las personas que participaron en esta investigación, cuyas aportaciones fueron más que invaluables.