Psicoterapia

La psicoterapia es un tratamiento clínico, dirigido a mejorar el bienestar psicológico y emocional; e incluso puedo afirmarte, que también promueve mejorías en el modo en que las personas se relacionan entre sí. Todo en favor de una mejor calidad de vida de quien asiste a la terapia, y de quienes le rodean.

Está basada en premisas científicas que surgen principalmente de la psicología, por supuesto, pero también tiene otros fundamentos formales del tipo filosófico, antropológico, sociológico y etcétera. Hay enfoques, modelos y estilos distintos de psicoterapia, lo que hace que encuentres en esta práctica, un universo extremadamente diverso.

Voy a contarte un poco de estas diferencias que te menciono, pero recuerda que más allá de esto, lo que verdaderamente hace que la psicoterapia funcione, es el vínculo de empatía, profesionalismo y respeto que hay entre quien asiste a consulta, y la o el terapeuta que conduce la psicoterapia.

Mira, un enfoque es el conjunto de conocimientos que van a funcionar como los lentes de el o la terapeuta, es decir, el modo en que va a entender su relación contigo, entenderte a ti y a la circunstancia que te trajo a consulta. Si me dejas simplificar un poco, puedo decir que hay principalmente 4 enfoques:

  • El Psicodinámico o Psicoanalítico está muy apegado a los estudios del mismo Sigmund Freud, y es recomendable porque te ayuda a explorar los simbolismos y asociaciones subconscientes que has venido construyendo a lo largo de tu vida, mismos que te han traído a este momento en el que te encuentras, para bien o para mal.
  • El Cognitivo – Conductual explora los pensamientos que alimentas en tu mente, y que en muchas ocasiones pueden ser distorsiones cognitivas a través de las cuales te construyes una realidad que puede impulsarte o sabotearte cotidianamente. Es un enfoque especialmente recomendado para trabajar conductas adictivas y fobias.
  • El Humanista a su vez, resalta los recursos y herramientas que cada persona tiene en su acervo personal, para resolver los desafíos que la vida le ponga. Es recomendable, porque el proceso terapéutico va a enseñarte cómo identificar tus propios recursos y emplearlos de la manera más eficiente y satisfactoria.
  • El Sistémico, finalmente, se fundamente en el paradigma de la Teoría General de Sistemas, y asume que toda persona, cosa o acontecimiento, se desarrollan en comunión con su contexto y las relaciones que sostiene al interior de este, es decir: “yo soy yo y mi circunstancia”. Es un enfoque recomendable, porque procura que la persona establezca mejores relaciones consigo misma y hacia las y los demás.

El modelo terapéutico, en cambio, es el conjunto de herramientas, estrategias y técnicas terapéuticas, de las que el proceso echará mano para alcanzar los cambios que te interesan, y en este apartado, puedo afirmarte que existen cerca de doscientos modelos distintos de psicoterapia, y me refiero a los que han probado que funcionan. Por ejemplo, está el modelo de terapia estratégica, el de terapia breve, la terapia narrativa, la terapia conversacional, la terapia racional – emotiva, la terapia gestáltica, y así, un larguísimo etcétera.

Yo te sugiero que si te animas a seguir un proceso terapéutico, te des la oportunidad de irle preguntando a tu terapeuta, cuál es su enfoque y qué modelos utiliza. Incluso, puedes llevar a la conversación las preguntas que te surjan acerca de su estilo terapéutico.

Cada terapeuta tiene su estilo propio, derivado de sus propios rasgos de personalidad, afinidades, gustos y experiencias personales, de modo que si hay algo en ese estilo suyo que te llama la atención positiva o negativamente, suma mucho al proceso terapéutico que lo menciones, en algún momento.

Por ejemplo, hay quienes son muy directivos, y hay quienes negocian más a lo largo del proceso; los y las hay más maternales o paternales, mas socráticos, más inquisitivas, con mayor o menor uso del humor, y así. Pregúntate con qué estilo te sentirías más a gusto.

Hay otros aspectos que agregan matices a la psicoterapia, como que si tu terapeuta involucra aspectos feministas o reflexiones de género, filosóficos, tradicionalistas, LGBTTTIQ+, y de nuevo, otro larguísimo etcétera.

¿Para qué es la psicoterapia?

La sabiduría popular, identifica que la psicoterapia sirve para curar a la gente que está mal de la cabeza, pero una realidad es que quienes verdaderamente están “mal de su cabeza”, no suelen tener acceso a los recursos para una recuperación significativa, especialmente porque todavía no hay en la sociedad global, los suficientes sistemas de soporte social que den blindaje para el bienestar emocional, psicológico, neurológico y psiquiátrico de las personas.

¿Te imaginas tener la posibilidad de solicitar tu incapacidad laboral, debido a que te han diagnosticado “ansiedad clínica”? Hay afortunadamente, algunos países donde eso es posible, pero lo triste es que son minoría.

No, más allá de la sabiduría popular y lo que solemos ver en series y películas acerca de la psicoterapia, las personas asisten a terapia psicológica por razones muy variadas, y sólo algunas de estas, tienen efectivamente que ver con rasgos depresivos o ansiosos.

Hay quienes asisten a terapia, porque requieren de tomar algún tipo de decisión importante, que va a conducirles hacia una nueva etapa en sus vidas; ellas y ellos encuentran en el espacio psicoterapéutico, el escenario adecuado para articular los distintos elementos para esa elección. El o la terapeuta le proporciona perspectivas varias, y le invita a reflexiones que pueden ayudarle a robustecer este proceso personal.

Hay gente que acude a terapia debido a que padece rasgos ansiosos o depresivos, como te mencionaba. Están quienes cumplen con todos los rasgos que definen un trastorno, y quienes tienen solamente algunos rasgos aislados; pero incluso convivir con algunos de aspectos aislados del trastorno, hace que el día a día parezca que se avanza a contracorriente. Entonces, la o el terapeuta va a facilitarle a la persona, el acceso a técnicas y estrategias que le permitan resolver los estados emocionales que le preocupan.

Muy frecuentemente, la terapia psicológica es mucho más efectiva resolviendo situaciones relacionadas ansiedad o depresión, entre otras, cuando se combina con terapia farmacológica; y lo mismo por supuesto, la terapia farmacológica es mucho más exitosa, cuando se la acompaña de psicoterapia.

Durante nuestra infancia necesitamos adquirir ciertos aprendizajes que a la postre, serán los andamiajes sobre los que vamos a construir nuestra autoestima, nuestro sentido de auto – eficiencia y otros muchos aspectos de nuestra personalidad e identidad. Sin embargo, lo habitual es que lleguemos a la vida adulta con algunas asignaturas pendientes, ya sabes, heridas emocionales o carencias que alimentan nuestra inseguridad frente a determinados aspectos de la vida.

En este caso, hay personas que asisten a psicoterapia para ponerse al corriente de estos aprendizajes que en su momento no adquirieron, y que ahora deben resolver de forma autodidacta. No, el terapeuta no va a ser la profesora o el maestro que le imparta estas lecciones, pero si será quien le acompañe en el proceso de autoaprendizaje, facilitándoles la experiencia y orientándole en la tarea de darle sentido a la información nueva, de la que se extraerán las habilidades que estaban haciéndoles falta.

Hay otras personas que buscan un proceso psicoterapéutico, porque quieren conocerse mejor. Vamos, que lo único constante en la vida es el cambio, y a veces prestamos tanta atención a lo que cambia y se transforma a nuestro rededor, que no registramos el modo en que la propia personalidad e identidad, van cambiando a su vez. De pronto, uno voltea a mirarse en el espejo y no reconoce el reflejo con el que se encuentra, no ubicamos con facilidad los recursos y las herramientas con las que afrontaremos la vida, y sobreviene la incertidumbre existencial de no saber quién es uno, de que se es capaz, y cual era la dirección en la que íbamos.

A cualquier persona le sucederá precisamente así, alguna vez o de vez en cuando, y frecuentemente, la psicoterapia ofrece el espejo ideal para echarse una mirada profunda, en un espacio seguro, y de la mano de tu terapeuta.

Desde otro ángulo, están las personas que buscan la psicoterapia porque alguna de sus relaciones significativas no es como desearían que fuera: la relación con su pareja, con sus padres, hijos, amigos, compañeras o compañeros del trabajo, etcétera. Entonces la o el terapeuta van a proporcionar estrategias de comunicación, negociación y construcción del vínculo, entre las que la persona puede seleccionar, para experimentar nuevas formas de relacionarse.

Es en este tipo de circunstancias donde son comunes la terapia de familia o la de pareja, en las que la persona interesada va con quienes le son importantes, para utilizar el espacio terapéutico como un laboratorio (y a veces un taller) donde optimizará sus interacciones entre ella misma y las personas con quienes convive. ¿Si te mencioné que para esto es especialmente buena la terapia sistémica?

Y además de lo anterior, en psicoterapia también tenemos nuestras emergencias, como en el caso de las adicciones (que desde la pandemia del COVID-19 se han vuelto un importante problema de salud pública), situaciones relacionadas con violencia y el manejo de la ira, eventos traumáticos que bloquean la continuidad en la vida de las personas, duelos y pérdidas, etcétera. Todos estos, desafíos que suelen presentarse en la vida y para los que la psicoterapia, sin duda, puede hacer la diferencia.

¿Porqué sirve la psicoterapia?

La principal razón por la que la psicoterapia suele ser efectiva, ya te la mencionaba yo al principio: el vínculo terapéutico entre la persona que asiste a la terapia y el o la propia psicoterapeuta. Este vínculo es un tipo de relación profesional de una persona que presta un servicio, y otra más que lo recibe; pero si bien es, repito, un vínculo profesional, es además, profundamente cercano.

La cercanía con la o el terapeuta, te permite espejearte para reconocer quién eres y lo que puedes lograr, además de tus limitaciones, también.

Esta cercanía a veces puede malinterpretarse, conduciendo a la persona que recibe la terapia, a entender esta relación como una amistad o un flirteo, y es tanto común, como de ninguna manera, tu responsabilidad. Cuando la relación se torna confusa para quien asiste a terapia, es papel del o de la terapeuta identificarlo, conversarlo y reencausar la interacción por el camino original: el del proceso terapéutico. Tu solo déjate llevar.

Esta relación terapéutica es además, idealmente, un modelo de relación saludable, donde la persona forma parte de interacciones no tóxicas que podrá posteriormente, extrapolar hacia sus demás relaciones, ya sea con otras personas, o bien, consigo misma.

Hoy en día, la psicoterapia echa mano del modelo conversacional; esto es que durante la sesiones, las personas involucradas conversan en torno al tema de la sesión.

Esta conversación terapéutica, tiene por objetivo explorar las dificultades y posibilidades del problema que motivó la terapia, y permite a la persona observar su circunstancia desde distintos ángulos, del modo en que, lo que parecía imbatible e insoluble, es redimensionado para hacer posibles nuevos abordajes.

El proceso terapéutico proporciona un abanico de herramientas que, o bien pueden provenir de la formación profesional de la o el terapeuta (de nuevo, si te da curiosidad, no temas preguntarle a tu terapeuta qué estudios tiene), o lo mismo, pueden porvenir de su experiencia práctica, ejerciendo la psicoterapia.

La psicoterapia sirve, porque te vinculas profesionalmente con una o un especialista que va a acompañarte activamente en el proceso que tú necesitas, va a ampliar tu entendimiento de tu problema o inquietud, te proporcionará opciones, y te va a mostrar los caminos por los que puedes hacerte cargo de tu propia circunstancia en esta ocasión, y eventualmente, en cada ocasión en la que la misma circunstancia vuelva a presentarse.

Funciona porque sales de la terapia con más herramientas para la vida.

En el proceso, es probable que el terapeuta o la terapeuta, te recomiende libros, videos, podcasts y cuantos materiales vengan al caso, para enriquecer las conversaciones que han tenido en consulta, y estoy seguro que también va a sugerirte o prescribirte tareas para realizar entre una sesión y la otra, para que a tú vez, también le des continuidad al proceso y el esfuerzo no se quede únicamente en las amenas charlas que sostendrán dentro del consultorio una vez por semana o cada dos semanas.

Acerca de los materiales, guías que tu terapeuta te comparta o las tareas entre sesiones, recuerda que cada cual tiene su estilo personal y, que si lo necesitas, vale la pena hablar y negociar acuerdos acerca de esto.

Entre otras muchas, es por razones como estas que la psicoterapia es tan efectiva como el tratamiento psiquiátrico; claro que si quieres un proceso súper efectivo, puede que convenga psicoterapia y farmacoterapia actuando en conjunto. Esta mancuerna es muy oportuna en ciertos caso, y poco recomendable en otros; tu pregunta, a ver cuales son las opciones más pertinentes para la circunstancia que te envuelve.

Finalmente, la psicoterapia funciona porque a lo largo del proceso vas a sanarte tu, a ti mismo o a ti misma, con el soporte y andamiajes que va a proporcionarte tu terapeuta.

¿Las personas necesitan la psicoterapia?

Honestamente, yo pienso que la mayor parte de la gente no morirá si jamás toma terapia psicológica; pero puedo prometerte que un proceso terapéutico oportuno, puede aligerar la carga que ciertas circunstancias pondrán sobre tus hombros, que la psicoterapia hará tus procesos menos tortuosos y más breves y eficientes, incluso agradables, y que la psicoterapia va a ampliarte tu horizonte de opciones.

Además considéralo, ¿porqué tendrías que resolver tú solo o tú sola cada problema que la vida te presente?; ser adulto y ser una persona autónoma, también consiste en saber pedir ayuda; no porque no puedas con tu vida (porque, ¡seguro que puedes!), sino probablemente, porque también quieres disfrutar del recorrido. Deja que una o un terapeuta te acompañe en esos segmentos del camino que elijas.

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