Por fórmula, las películas de Pixar suelen tener varias lecturas, como capas en una cebolla.
“Soul” es una pelicula que habla de la existencia después de la muerte, pero también del sentido de la vida, y también de la creatividad, etcétera.

“InsideOut” trata de las emociones teniendo emociones, pero también del desapego, de lo duro que es crecer, y otro etcétera.
“Elemental” parece que trata de un romance juvenil, del estilo “coming of age”, que sigue la ondita shakespeariana de un ignífugo Romeo con su incandescente Julieta; esa sería la lectura de su primera capa, bastante pobre e inexacta, por cierto, porque aquí no hay Montescos, Capuletos, ni DiCaprios.
En una segunda lectura, encuentras el tema que en recientes años, nos viene siendo muy incómodo para las sociedades actuales, y por ello, no es casualidad que quienes analizan, reseñan o critican este filme, se lo pasen de largo.
“Elemental”, que además es el nombre de la ciudad en la que estas personas viven, trata de una familia de fuego, que se ha visto obligada a mudarse a los suburbios de esta ciudad, habitada por otros elementos que viven en armonía: hay gente de agua, gente de madera, gente de nube. No vas a encontrar referencias al elemento tierra o roca, porque ellos tolerarían con facilidad al fuego, y justamente, la trama necesita que los inmigrantes sean incómodos para todos por igual.
Lo que sí notarás, es que el elemento dominante es el agua, cuya gente se encargó mayoritariamente de diseñar la ciudad con grandes canales, fuentes, cascadas de las que probablemente harían estremecer a un ardiente recien llegado de las tierras de fuego. No les será sencillo adaptarse a este nuevo país, y hacerlo suyo.
En los suburbios, la familia del fuego se instala dentro de un barrio semi abandonado y en malas condiciones, pero con la firme convicción de hacer ahí eventualmente, su nuevo hogar. Claro que siendo personas desplazadas, no tienen otra alternativa.
La protagonista es Ember, una chica de fuego que ayuda a su papá en la tienda familiar, donde hay productos varios, calados, probados, pertenecientes a las tierras de fuego que fueron su patria; ella, tiene muy mal humor, porque vive bajo la presión de cumplir las expectativas de su padre, a quien ama demasiado.
Hasta este punto, quien en la vida real ha tenido que mudarse a otra ciudad u otro país, dejando atrás sus raíces, entiende la necesidad natural que refleja la película, de aferrarse a las tradiciones para no perder su identidad; la primera generación de migrantes suele encerrarse en sus tradiciones para no olvidarlas
y sentirse todavía cercana a su tierra natal, pero simultáneamente, observa que la segunda generación busca prácticas y vínculos fuera del ghetto, se enamoran de extraños ajenos a su pueblo, y tienen tanta exposición a la otra cultura, que podrían llegarse a olvidar de la propia.
Invariablemente, la primera generación de migrantes, mira con dolor cómo sus hijas e hijos se exponen sin cautela a la cultura dominante que les enamora, les seduce, y les aparta de sus raíces; y este dolor candente, les lleva a conductas de xenofobia que son recibidas por los originarios del lugar, con la propia respuesta de más rechazo y más xenofobia.
Esto es lo que muestra la película, este es el tema incómodo del que no hablamos cuando en la vida real, arrugamos la nariz frente a una caravana migrante, o de lo que no hablamos, ni nos preocupa, cuando 30 migrantes mueren calcinados en una cárcel improvisada, bajo la custodia del estado.
En el fenómeno migrante presente en “Elemental”, y el de los desplazamientos forzados que también se retrata en la película “Encanto”, es la segunda generación la que se encarga de arraigar el nuevo ghetto a la nueva tierra, aunque efectivamente, la asimilación cultural tan temida y tan benéfica, definitivamente conlleva una parcial pérdida de las tradiciones y la identidad, a través del sincretismo.
Pero vamos, que nuestra universal relación con las tradiciones de nuestrso abuelos, siempre está en constante cambio, aunque no seamos migrantes, ni jamás pasemos de la esquina del barrio en que nacimos.
Y de la identidad, ni se hable: ella siempre es cambiante y mutable, como el agua. La identidad de nuestra colectividad y la identidad personal, pero a veces esos cambios en nuestras identidades, pueden ser dolorosos.
“Elemental” sería una película incómoda si no tuviese el toque Pixar: los personajes son emotivos, la animación espectacular, y cada elemento, con su propia estilo para el trazo y su plasticidad; lamentablemente, ha salido a cartelera en un momento en que tiene que competir contra “Spiderman”, “Flash”, o “Indiana Jones”, por citar algunos otros estrenos de verano.
La recepción en taquilla de esta película, no fue buena de inicio debido a este timing, y porque después de la pandemia, las personas se habituaron a consumir cine “familiar” desde la comodidad de sus hogares y desde el sistema de steaming, de su preferencia; sin embargo, con el paso de las semanas, ha estado interesando cada vez más, gracias al boca a boca, y hoy puede considerarse una producción exitosa.
“Elemental” es una película que vale la pena ver, en cine por su animación tan bien lograda, o en casa, con las pantuflas puestas; su mensaje es una reflexión extendida en torno a un fenómeno con el que nos resistimos a conectar: cada vez hay más personas abandonando sus tierras para buscarse una vida mejor, y cada vez más, hay personas que deben desplazarse de manera forzada y dejar atras sus raíces, redes, vida habitual y pertenencias.
Hay quienes emigran debido a la intolerancia social hacia sus identidades de género, a su sexo, a sus orientaciones sexuales, o debido aque sus gobiernos les quieren encarcelar o matar.
Cada vez hay más personas y familias que deben abandonar sus tierras por la pobreza extrema en la que viven, o por que el crimen organizado les tiene sofocados, y sus hijas e hijos son absorbidos por células delincuenciales; y tristemente, cada vez hay menos gente dispuesta a abrir sus fronteras para compartir con los migrantes, el gran, gran privilegio de vivir en un lugar donde puedes estar en paz y quedarte.
En esta película, no se habla sin embargo, de que migrar es un derecho humano, y que migrar es algo que la humanidad viene haciendo desde que tenemos pulgares oponibles; básicamente, porque Peter Sohn, el director, quien es un migrante coreano, no va a ponerse a hacernos la tarea completa. Es menester que nos involucremos más con esta problemática y nos formemos una opinión responsable e informada.
Finalmente y si quieres, en “Elemental” puedes hacer otras lecturas además del tema migrante, está el modo en que la llama de la creatividad demanda valor para no extinguirse, o el modo en que tus emociones están ahí para comunicarte algo.
¿Qué otras lecturas has hecho tu, de esta película?