Inteligencia Emocional

Hábitos efectivos para combatir la ansiedad

La ansiedad es una respuesta natural de nuestra consciencia y el cuerpo ante situaciones estresantes, pero cuando se vuelve desproporcionada o persistente, puede afectar significativamente nuestra calidad de vida. Te invito a explorar qué es y cómo nuestros hábitos diarios influyen en ella, además de algunas estrategias para gestionarla de manera efectiva.

Vamos a abordar el modo en que cultivar tres tipos de hábitos (corporales, psicológicos y sociales) puede reducir el riesgo de padecer la ansiedad, dado que como cualquier otra emoción, existe en la triple esfera bio – psico – social.

¿Qué es la ansiedad?

Imagina que estás a punto de dar una presentación importante o enfrentarte a una situación que te desafía: es normal sentir nervios o inquietud en estos momentos. Esta sensación de ansiedad te prepara para enfrentar el desafío, manteniéndote alerta y con enfoque. Es como un sistema de alarma que se activa cuando percibimos un riesgo o reto.

Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve crónica o desproporcionada, puede convertirse en una experiencia perturbadora:

  • Cuando te sientes constantemente en alerta: la ansiedad puede hacer que te sientas en un estado constante de preocupación o miedo, incluso cuando no hay una amenaza inmediata; esta vigilancia constante puede ser agotadora y afectarte en tu vida diaria.
  • Cuando afecta tu bienestar emocional y físico: la ansiedad no solo afecta tu mente, también puede manifestarse en síntomas físicos como tensión muscular, palpitaciones y problemas para dormir; estas manifestaciones pueden interferir en tu capacidad para disfrutar de la vida y realizar actividades cotidianas.
  • Cuando interfiere en tu funcionamiento diario: si la ansiedad es intensa, puede dificultar tu capacidad para concentrarte en el trabajo, mantener relaciones saludables o incluso realizar tareas simples; esto puede causarte torpeza o llevarte a evitar situaciones que antes manejabas con facilidad.

La influencia de los hábitos diarios en la ansiedad

Nuestros hábitos diarios tienen un impacto significativo en nuestra salud mental y, por supuesto, en la probabilidad de que enfrentemos episiodios de ansiedad (o depresión); por eso es importante desarrollar hábitos relacionados con el cuerpo, la mente y nuestras relaciones sociales, que fortalezcan nuestra resiliencia emocional.

Hábitos corporales para reducir la ansiedad

  • Evita el sedentarismo: la ansiedad es una invitación a la acción, por eso mantener tu cuerpo en movimiento mediante ejercicio regular es clave para que la ansiedad no tenga que venir a gritarte que sacudas el esqueleto; actividades como el entrenamiento físico, caminar o practicar yoga pueden canalizar la energía acumulada y disminuir la tensión física y emocional.
  • Cuida tu higiene del sueño: dormir bien es fundamental para la salud mental, por eso enfócate en mantener una rutina de sueño regular y evita pantallas y estímulos dominantes antes de dormir.
  • Evita la multitarea: hacer varias cosas al mismo tiempo (multitask) puede aumentar la ansiedad, ya que fragmenta la atención y agota tus recursos cognitivos; procura enfocarte en una tarea a la vez para cultivar el enfoque, el estado de flujo, la eficiencia y la efectividad.
  • Evita la procrastinación: retrasar tareas incrementa la ansiedad al crear una acumulación de responsabilidades, además de que reduce tu sentido de eficiencia y deteriora tu autoconcepto.
  • Investiga, aprende e incorpora ejercicios de relajación, respiración y meditación a tu vida cotidiana: este tipo de técnicas son esenciales para calmar la mente y reducir la ansiedad.
  • Alimentación saludable para una microbiota feliz: lo que comes afecta directamente tu salud mental, mantener una dieta equilibrada que apoye la salud de tu microbiota (antes llamada: flora intestinal) y evitar consumos problemáticos (como alcohol o alimentos ultraprocesados) puede disminuir los síntomas de ansiedad al mantener un clima hormonal estable y los suficientes neurotransmisores que te permitan experiencias emocionales plenas.

Hábitos psicológicos para reducirla ansiedad

  • Autoconocimiento: no solo enfrentes la vida de manera reactiva, sino reflexiona también sobre qué herramientas y estrategias utilizas, porque conocer tus propios recursos es esencial para gestionar la ansiedad.
  • Explora tus motivaciones y emociones: cuestionar por qué haces lo que haces y qué sientes en el proceso, te ayuda a entender, anticipar y gestionar mejor tus reacciones emocionales.
  • Cultiva la congruencia contigo mismo: actuar en contra de tus valores genera vulnerabilidad y ansiedad, por eso es importante mantener la coherencia interna entre lo que crees y piensas, y lo que haces o expresas; esta es una clave importante para un bienestar emocional duradero, en medida que efectivamente puedas mantener esta congruencia, que siendo realistas, no siempre nos va a ser del todo posible.
  • Recuerda que la ansiedad es temporal: recuerda que es muy diferente experimentar ansiedad y ser definido o definida por ella; abraza un lenguaje que haga esta distinción para que mantengas una sana distancia emocional de tus experiencias de ansiedad.
  • Desarrolla la imaginación creativa: enfrentar tus miedos mediante la visualización creativa, proyectando soluciones a escenarios catastróficos, te permite recuperar tu control emocional.
  • Plantea desafíos personales: invéntate metas y desafíos por encima de las dificultades que la vida te presenta, así cultivarás ese estrés saludable a lo que niñas y niños llaman “diversión”, y hoy la psicología define como “eustrés”; esto ayudará a que consolides tu resiliencia y el sentido de propósito.
  • Identifica y cuestiona tus pensamientos negativos: desafía los pensamientos negativos recurrentes que puedan estar afectando tu autoestima o identidad, cultiva un diálogo interno saludable para tener una experiencia constructiva, plena y edificante de tus emociones.

Hábitos sociales para reducir la ansiedad

Nuestras interacciones sociales y la forma en que gestionamos nuestro tiempo en comunidad también afectan nuestra ansiedad. Estos son algunos hábitos que te pueden ayudar:

  • Organiza tu tiempo de manera efectiva: detenerte para dedicar tiempo a planificar tu día y priorizar actividades, no solo aumenta tu productividad, sino que también reduce el estrés.
  • Modera el uso de redes sociales: sumergirse de manera descontrolada en las redes sociales puede aumentar la ansiedad, mejor define una intención clara cuando las utilices, y decide previamente el rango de tiempo del que dispones para surfear en las redes sociales, y el mejor momento de tu día, para hacerlo. Tu tienes el control de tu consumo en las redes sociales, no lo entregues a la cascada de estímulos que se arremolinan en Internet.
  • Reconcíliate con la soledad y el silencio: darse un respiro diario para estar a solas, en silencio y sin estímulos externos permite que tu mente se relaje, sane y recargue.
  • Fomenta conexiones sociales saludables: rodéate de relaciones significativas y de apoyo mutuo, esto es vital para mantener un equilibrio emocional constante; por eso prioriza aquellas conexiones que te nutren y te hacen sentir bien, y si mantienes conexiones que alimentan la ansiedad, culpa o incertidumbre, procura promover mejores dinámicas de interacción con esa o esas personas.

Conclusión

Enfrentar la ansiedad no es simplemente un ejercicio de manejo emocional, sino una oportunidad para profundizar en el autoconocimiento y transformar nuestra relación con el mundo. Cada hábito cultivado es una elección consciente hacia la autorrealización, un paso hacia integrar cuerpo, mente y relaciones sociales en un todo coherente. La ansiedad, lejos de ser un obstáculo, se convierte en una invitación a reconfigurar nuestra vida desde la raíz, a reescribir nuestras narrativas y desafiar los límites que nos hemos impuesto.

La verdadera libertad no reside en la ausencia de ansiedad, sino en la capacidad de convivir con ella, de entenderla como un motor para el cambio y la evolución personal. Al final, la búsqueda de equilibrio es un acto de reconciliación con nuestra propia naturaleza; aceptar que el malestar puede ser un maestro y que cada pequeño paso hacia el bienestar es un acto de coraje y autenticidad, nos lleva a una vida más plena, donde la ansiedad se transforma en un catalizador de sentido.

Si quieres profundizar en alguno de estos conceptos, te invito a darle play al streaming en el que abordamos precisamente estos temas, siéntete libre de compartir tus comentarios, dudas o aprotaciones aquí mismo, o en la caja de comentarios del propio video.

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