Sexualidades disidentes

Autoaceptación y miedo en la experiencia homosexual

En esta nuestra sociedad, uno de los desafíos más profundos para personas homosexuales, es la constante sensación de ser observados y juzgados por su orientación sexual. Este miedo no es únicamente una reacción ante las y los demás, sino el eco de una lucha interna por la autoaceptación; descubriendo nuestra identidad y enfrentando el proceso de asumir nuestra sexualidad, es común sentir que la diferencia con el resto de la gente es evidente: que cada persona del rededor lo nota y que esta percepción provoca rechazo.

¿De qué modo estas percepciones afectan las relaciones interpersonales y nuestra salud mental, y cómo podemos aprender a gestionar este miedo y a aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos?, no son preguntas sencillas.

El miedo a ser visto /a

Lo dicho: frecuentemente la preocupación de que “se nota que soy gay” genera una angustia constante, especialmente en las primeras etapas de autoexploración que a veces suceden en la adolescencia, y a veces antes. La experiencia común, es la de caminar por la calle y sentir que todas las miradas están puestas sobre uno, desde el vendedor de la esquina, el conductor del Uber, hasta la señora cruzando la calle. Esto no solamente reproduce una nube de ansiedad, sino que igual, genera una falsa creencia de que la gente nos percibe únicamente a través de nuestra orientación sexual.

Pero esta visión distorsionada no refleja la realidad; lamayoría de las personas, de hecho, están absortas en sus propios pensamientos y actividades diarias, ajenas a nuestras inseguridades. La sensación de estar siendo observadas u observados, en su mayoría, proviene de la propia lucha interna por aceptar quienes somos. Es importante recordar que los miedos que proyectamos sobre los demás son a menudo espejos de nuestros propios juicios hacia / contra nosotros mismos, o nosotras mismas.

Autoaceptación y autoestima

Este ciclo de inseguridad está íntimamente ligado a nuestra autoestima. Cuando no estamos en paz con nuestra identidad, la autocrítica se intensifica. Nos juzgamos a nosotros mismos de manera más severa de lo que lo haría cualquier otra persona. El problema se agrava si internalizamos la idea de que ser homosexual es algo que debemos ocultar. Esta culpa provoca que nos aislemos aún más por el temor de ser descubiertos, lo que lleva a una mayor alienación social.

Este sentimiento de, para empezar, no estar a la altura de nuestras propias expectativas y el deseo de ser cualquier persona excepto quienes somos, refuerzan la baja autoestima; sin embargo, con el tiempo, el proceso de aceptación personal se convierte en un acto sostenido de valentía, que nos permite desafiar la percepción que creemos que los demás tienen de nosotras o nosotros.

La trampa de las interpretaciones erróneas

Existe una paradoja detras de este medo de ser visibles, y es quedar dentro de un ciclo vicioso en nuestras interacciones con el resto de la gente: cuando interactuamos con alguien mientras nos domina el temor, nuestro comportamiento se vuelve extraño, esquivo, ambiguo porque asumimos una postura defensiva, cautelosa o incluso distante, lo que a su vez provoca una respuesta incómoda o distante en los demás, que finalmente, pareciera confirmarnos que por eso era oportuno arrancar de inicio con una postura de cautela. ¿Identificas la paradoja?

Es crucial romper este ciclo de malentendidos. Las percepciones erróneas que generamos, a menudo son el reflejo de nuestras propias inseguridades, y el verdadero desafío es cambiar nuestra conducta hacia las y los demás para que pasemos de un circulo vicioco en nuestras interacciones, a un circulo virtuoso, sin paradojas ni malas interpretaciones.

Cómo la mente distorsiona la realidad

Los pensamientos negativos tienen un gran poder sobre cómo interpretamos lo que sucede a nuestro alrededor, y el enfoque que le damos a nuestras decisiones, particularmente esos pensamientos que provienen del miedo al rechazo, que nos conducen a interpretar cada gesto o palabra de las otras personas, como un ataque o juicio contra nuestra identidad. Es importante que identifiquemos que estamos proyectando esos miedos internos sobre las personas con quienes interactuamos.

Hay que detenerse y reflexionar cuando nos han atrapado este tipo de pensamientos, hacer una pausa, respirar profundamente y examinar objetivamente la situación, para cambiar nuestra perspectiva y liberar la carga emocional que arrastramos. O que nos arrastra con ella.

Haciendo las paces

A medida que avanzamos en nuestro camino hacia la autoaceptación, comenzamos a entender que no hay nada malo en ser algo distinto a lo hegemónico o “normal”; con el tiempo, el miedo a ser juzgada o descubierto disminuye, y aprendemos a vivir de manera más libre y auténtica. La clave no está en cambiar al mundo, sino en hacer las paces con nuestra identidad. Darte primero el permiso tu, y verás como gradualmente el mundo empezará a darte espacio.

Por supuesta que este proceso no es fácil y varía de persona a persona, pero es el camino para alcanzar la proverbial paz interior: cuando logramos aceptarnos plenamente, dejamos de poner el juicio de las y los demás por encima de nuestra estabilidad emocional, y deja eventualmente de sr una amenaza; esto nos permite experimentar nuestras interacciones con la gente desde un lugar de seguridad y confianza.

Conclusión

El temor que “nos descubran” y acaso “nos pongan en evidencia” por quienes somos, es toda una ironía: deseamos que nos vean y reconozcan en toda nuestra autenticidad, pero nos ocultamos porque tenemos miedo del juicio externo, de la descalificación y el rechazo. En nuestra esencia, cada persona busca la aceptación, pero esa aceptación comienza con nosotras y nosotros mismos. La identidad, sea cual sea su forma, es un constructo profundamente interno, que solo puede ser liberado cuando dejamos de mirar hacia afuera en busca de validación.

Aceptar nuestra orientación sexual es, en esencia, aceptar nuestra verdad, una verdad que no necesita ser escondida ni defendida. Al entender que no somos responsables de las expectativas ni prejuicios de los demás, empezamos a trascender el miedo y nos abrimos al simple acto de ser. La autoaceptación no es solo una reconciliación con el cuerpo o con la sociedad, sino con la existencia misma. Es reconocer que el valor intrínseco del ser humano no está condicionado por su orientación sexual, sino por su capacidad de ser fiel a sí mismo.

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One thought on “Autoaceptación y miedo en la experiencia homosexual

  1. Me pareció excelente tu nota. Concuerdo sobre todo con la "moraleja", me parece que justamente suele ser la parte más difícil no? Juzgarse a uno mismo tan duramente… sentirse culpable, que hay algo que ocultar, que no se será aceptado por la orientación sexual, son todos pensamientos que llevan al autoboicot. No se puede vivir pendiente o intentando controlar o cambiar lo que los otros piensen, es mejor ocuparte de tí y de tus pensamientos, comenzar por aceptarte y estar en paz, luego todo lo demás se acomoda…
    Muy buen blog y en especial esta nota, te felicito!
    Saludos

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