Hay a quienes se les da muy bien involucrarse en proyectos nuevos, y hay también personas a las que no tanto. Escolares, profesionales, altruistas… y especialmente las primeras semanas de enero resultan popularmente propicias para plantearse nuevos proyectos.

La fiebre del año nuevo.
Pero plantearse proyectos como así, nada más, no es suficiente. Sin una #estrategia o plan para alcanzar lo proyectado, lo único que estamos cultivando es una creciente frustración, y un mal aprendizaje de que somos incapaces de alcanzar lo que nos proponemos.
Por eso, si bien es excelente idea plantearse propósitos de Año Nuevo, lo mejor es meterle coco, lápiz y papel para que funcionen:
¿Qué es lo que quieres?
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