Hace algunos ayeres, aproximadamente 2,500 si los medimos en años, existió un griego llamado Hipócrates que recomendaba “que el alimento sea tu medicina, y tu medicina el alimento”, porque sabía de la estrecha relación que hay entre nuestra salud y lo que elegimos comer.

Por ejemplo, cuando una persona quiere enfermarse menos, sabe que puede reforzar su sistema inmunológico alimentándose de frutas cítricas y otros vegetales como el brócoli que también tienen un gran aporte de vitamina C; el brócoli además, ayuda a equilibrar la proporción adecuada de la hormona testosterona en hombres, igual que los duraznos ayudan a equilibrar los estrógenos en mujeres.
Nuestros alimentos no solamente pueden ser como un medicamento que nos ayude a recuperar la salud, sino que utilizados de forma estratégica, pueden permitirnos no estar en riesgo de perderla.
Por eso, la importancia en la alimentación no reside tanto en “cuánto” estamos comiendo, sino en de “qué” nos estamos alimentando.
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