A Sísifo se le daba muy bien desafiar a los dioses, y éstos a su vez ya no hallaban como hacer que el hombre entrara en cintura.

Cuentan que en una ocasión, hartos de que los desafiara con su ingenio, los residentes del Olimpo decidieron enviarle a Tánatos para que le quitara la vida… pero cuando se descuidó, Sísifo tuvo a bien ponerle grilletes al titán y por esa razón nadie en el mundo murió durante un tiempo.
Entonces los dioses, que no iban a dejar que este antiguo rey de Corinto se saliera con la suya, se propusieron darle un elaborado, muy elaborado, castigo. Básicamente, porque eso de maldecir y castigar mortales era el pasatiempo no. 1 de los olímpicos en aquellos días sin Netflix ni Televisión por Cable.
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