Muchas de nuestras conductas son patrones atomáticos, repetitivos y a veces cíclicos, unas conductas nos atañen simplemente a quienes las ejecutamos, y otras involucran también a las personas que se relacionan con nosotros. Algunas de estas conductas automáticas cíclucas, provocan violencia dentro de la pareja.

Específicamente, la violencia es un patrón de conductas que cumple con los patrones del párrafo anterior, pero más que suceder en ciclos homogéneos, se va más bien, desarrollando en una espiral que cotidiana estrecha sus espirales cada vez más. Como la serpiente Ka, en el “Libro de la Selva”.
Para entender esto último, combiene leer la novela de Rudyard Kipling; pero además, debemos entender cómo, la violencia en la pareja tiene dos fases que se suceden repetidamente.
Imaginemos que quien está promoviendo la violencia en mi relación de pareja, soy yo mismo:
Fase 1: Cuando empezamos, soy encantador para seducirte, atraparte y ganarme tu confianza. Juego a complacerte, me convierto en ese hombre protector, divertido y romántico que siempre quisiste a tu lado. Mi intención es tenerte aquí, muy cerca de mis afectos y estimulando mis emociones.
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